La RNJ rumbo al 2007
La campaña presidencial permitió que estableciéramos nexos con jóvenes de diferentes (y en algunos casos, de ningún) origen político, pero que nos aglutinaba un factor en común: la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.
La campaña presidencial permitió que estableciéramos nexos con jóvenes de diferentes (y en algunos casos, de ningún) origen político, pero que nos aglutinaba un factor en común: la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.
El pasado 2 de julio quedó a la vista de todos dos hechos sumamente trascendentales: por una parte, quedó de manifiesto la voluntad popular por realizar un cambio de modelo económico, político y social en México y, por otra parte, quedó también evidenciado cómo el grupo enraizado en el poder y que se sienten dueños de él, harán todo (y contra todos) lo posible por mantener el poder aún a costa de las instituciones construidas y libertades ganadas durante tanto tiempo por miles y miles de mexicanos, muchos de los cuales perdieron la vida en el intento.
El 2 de julio se dará la elección más importante y trascendental que haya tenido México en toda su historia. La izquierda tiene hoy la oportunidad histórica de ganar la Presidencia de la República con la figura de Andrés Manuel López Obrador como representante de ella.
La candidatura de Andrés Manuel López Obrador no sólo representa los anhelos y esperanzas de los habitantes de todo México, sino también un cambio político, económico y social, que la sociedad en su conjunto ha peleado tras numerosas y (en ocasiones) sangrientas luchas desde tiempos inmemoriales.
Desde 1997 comencé a militar en el instituto político que en dicho momento concebí como la mejor opción para gobernar el país, además que se autodefinía de izquierda: el Partido de la revolución Democrática (PRD). Hoy, a más de ocho años de distancia, las perspectivas ya no son las mismas.
El fracaso del PRD en la pasada elección para Gobernador en Hidalgo no fue obra de la casualidad ni de la generación espontánea. De hecho, tampoco está relacionado con las elecciones que se habían celebrado dos semanas antes en Baja California Sur, Guerrero y Quintana Roo, donde el PRD mantuvo la primer gobernatura y le arrebató al PRI la segunda de una forma contundente, mientras que en la tercera aumentó su votación considerablemente en el estado quedando como muy buena segunda fuerza política con un 33%, la más alta para éste instituto político en el Estado. La derrota en Hidalgo se debió a diversos factores que enunciaré a continuación.