El comienzo de la gran contradicción dialéctica

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Hola.

Karl Marx describió perfectamente en lo que se ha denominado el materialismo dialéctico, a que toda cosa tiene su contrario. Así, podemos encontrar relaciones dialécticas directas. Podríamos también describirlo como lo hace la matemática, con la denominada Ley de los contrarios.

Así pues, ésta gran teoría marxista dio como resultado, por ende, el llamado materialismo histórico, que aplica la dialéctica en las relaciones sociales a lo largo de la historia: esclavo-amo, siervo-señor feudal, proletariado-burguesía -aplicándolo al modelo actual mexicano, podría ser trabajadores-empresarios-.

Ésta gran relación dialéctica, en sí, describe cómo han existido a lo largo de la Historia una serie de opresores (que en general, y de acuerdo al esquema económico-social actual, son los capitalistas, la burguesía) que se enriquecen a costa de los oprimidos (los obreros, el proletariado). Ésta relación existirá y -además- ha existido siempre (como ya lo describí antes).

Sin embargo, hoy en Hidalgo tenemos una gran contradicción dialéctica. El sector progresista del PRD (y que simpatiza con el movimiento de López Obrador) se ha unido con los conservadores (el PAN) en torno a una precandidatura que es la única que promete realizar un cambio real en Hidalgo, contra la encabezada por José Guadarrama, que es la reproducción del sistema mismo, del PRI.

Ésto lo pudimos apreciar ayer en el acto de arranque de campaña de Xóchitl Gálvez. La aldea de los pitufos, de los azules, conviviendo con compañeros que nunca imaginamos que estaríamos en un acto así, y sobre todo después del fraude. Compañeros de la estatura moral de Miguel Ángel Granados Chapa (gran escritor y periodista, y de los más críticos del gobierno espurio de Calderón), conviviendo con los inimaginables, con la sola idea de acabar con el régimen de cacicazgos en Hidalgo.

Tal vez ésto solamente corresponda a circunstancias atípicas, pero ésta lo es. Los perredistas y obradoristas nos sentíamos completamente incómofos en un acto con ésas características. No se diga ellos, cuando llegamos con nuestra gran bandera del PRD. Sin embargo, parecía que sólo había un sólo factor que nos unía, y que se llama Xóchitl Gálvez. Ella misma lo dijo: no estoy afiliada ni milito en ninguno de los partidos que conforman la Coalición “Hidalgo Nos Une”. Tal vez éste sea el factor de cohesión.

Yo se lo dije, al terminar el acto, a alguien sumamente cercano a Xóchitl, y a quien le tengo una gran estima pese a haber convivido poco, porque la conozco desde antes (mucho antes) de toda ésta locura: el asunto es con Xóchitl, únicamente. Nada con Calderón, ni con el PAN.

Y si. Ésto es una gran contradicción dialéctica. Y también una locura. Podría decir, incluso, que es una gran pendejada. Somos dos mundos diferentes, con dos pensamientos diferentes, y dos concepciones de mundo completamente diferentes, unidos para vencer el cacicazgo histórico del PRI. Sin embargo, por encima de las ideologías, considero que hay algo que es supremo a todo, y es el bienestar de la gente, la justicia social, y la libertad a la que aspiramos como sociedad. Ésa también es la otra cosa que nos cohesiona: la gente. No podemos ser tan irresponsables con la gente, como para condenarlas a no cambiar su destino y seguir sometidos al mal gobierno, a la corrupción, al cacicazgo, a la pobreza, a la miseria, y al destierro.

Saludos. Dejen comentarios.

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