El destino final

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Hola.

El día de hoy fue aprobada la Reforma Laboral de Calderón en la Cámara de Diputados, con una alianza final del PRIAN (y donde Acción Nacional traicionó al PRD, con quien se había comprometido a frenar las iniciativas retrógradas priístas), y con la cual, dadas las cosas, será también aprobada en el Senado de la República.

Ya lo he dicho en otras ocasiones que éstas reformas no responden ni siquiera a una iniciativa de Peña Nieto al respecto (incluso, dudo que Peña Nieto tenga iniciativa para algo, pero eso es otra cosa), sino que responden a una serie de reformas estructurales redactadas y dictadas desde Washington, consensadas por el G-8, y puestas en práctica por el G-20, cuyo fin último es la profundización del modelo económico neoliberal y del sistema capitalista, no importando las consecuencias de sus imposiciones. Sin embargo, ésta contrarreforma laboral no es la única ley que deberá ser aprobada dentro del paquete de reformas estructurales. Ya se vislumbra en el horizonte por lo menos dos más: la reforma fiscal, y la reforma energética.

La reforma fiscal que Peña Nieto estaría enviando al Congreso durante el próximo periodo de sesiones tiene como fin último gravar todos los productos (incluyendo alimentos, medicinas, libros y educación, que actualmente están exentos) con el IVA (Impuesto al Valor Agregado). En días anteriores, José Ángel Gurría -Secretario General de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), y que también es ex-Secretario de Hacienda del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, o sea, priísta- “recomendó” al gobierno de Peña Nieto homologar el IVA al 19% “general, sin excepciones, sin tasa cero y sin diferencias en las fronteras” (Recomienda OCDE a gobierno de Peña homologar IVA a 19%. Martes 06 de Noviembre de 2012. http://redaccion.xhglc.com.mx/?p=6830).

Sin embargo, existe información de que ésta cifra sería el aumento conservador, por decirlo de alguna forma, porque existen especialistas (y López Obrador) que dicen que la meta es subirlo y homologarlo al 22%. Ésto, aunado a la pérdida anual del poder adquisitivo de los trabajadores en cuanto al salario mínimo, sumado con la reforma laboral recién aprobada, sería un desastre.

Por otra parte, la reforma energética que también estará presentando Peña Nieto ante el Congreso es tramposa y engañosa. Se maneja el doble discurso de no privatizar PEMEX (como empresa), pero se pone a disposición de las trasnacionales el petróleo (es decir, el producto que trabaja PEMEX en sus diferentes formas: exploración, perforación, extracción, procesamiento y distribución) y la renta petrolera (es decir, las ganancias del producto petrolero), en una clara y absoluta privatización.

De nada le sirven a la nación tener una red de gasolineras que están concesionadas y que lo único que pertenece a PEMEX es la imagen corporativa (pues la venta de las gasolinas las obtienen los concesionarios y no PEMEX), así como tampoco servirá de nada tener la rectoría sobre un montón de instalaciones, fierros, líderes sindicales y trabajadores cuando lo que debería generar PEMEX, que (vuelvo a repetir) es la exploración, perforación, extracción, procesamiento y distribución no lo va a hacer, y se quedará parte del producto en manos de Shell, Exxon, Mobil, Chevron, Texaco, British Petroleum, y demás empresas petroleras voraces.

Éstas contrarreformas (desde mi punto de vista) pasarán sin problemas, pues habrá manifestaciones en las calles, pero no contundentes, la sociedad en general no se movilizará, e incluso compartirán la idea de que así tiene que ser. La muestra me la han dado dos situaciones: la venta del voto y la votación a favor de Enrique Peña Nieto (para lo cual la memoria histórica no fue un factor de cambio), y la casi nula movilización de la sociedad civil ante la aprobación de una reforma laboral que afectaba sus intereses directos, y ante la cual no hubo la respuesta que tendría que existir.

Yo no soy de los optimistas que espera en que el Pueblo reaccione en éste momento, dado que si no reaccionó con los dos hechos mencionados anteriormente, no hay razón por la que ahora lo haga.

El destino final, sin duda será el parecido al de Argentina en 2001, donde en ése momento las contrarreformas neoliberales y las recetas dictadas desde el exterior (Washington, en concreto) y que llegaban con recomendaciones vía el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial se hicieron insostenibles, entonces la economía se cayó, y fue hasta ese momento (cuando los argentinos ya habían perdido todo, y no tenían ni para comer) que entonces reaccionaron, cambiaron el gobierno, la clase política y la política económica, y entonces comenzaron una espiral cuesta arriba. Yo espero que ese sea el mejor escenario para México.

El otro es mucho peor, y es parecido al caso chileno, donde lograron deponer al dictador Pinochet después de muchos muertos, pero jamás cambiaron la política económica, pese al cambio de gobierno y de clase política. Y una nueva generación les ha venido a enseñar a luchar a aquellos adultos que se conformaron con sólo la alternancia en el poder. Sin embargo, la lucha que ha dado ésta nueva generación en Chile no ha conseguido ablandar, en lo más mínimo, al modelo neoliberal enquistado, en gran parte por el origen de Piñera, pero en gran parte también porque esa socialdemocracia que gobernó con Bachelet no hizo los cambios necesarios que necesitaba el país porque no se atrevieron, o porque así les convenía.

De ser el segundo escenario para México, tendrá que pasar mucho tiempo antes de que las cosas verdaderamente cambien. Pero, para entonces, quien sabe si México siga existiendo como país soberano, si seamos un protectorado más, una colonia formalmente reconocida, o bien un estado más de el país de las estrellas.

Saludos. Dejen comentarios.

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