La administración de la ignorancia

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Hola.

Como he mencionado antes, uno de los mecanismos para fortalecer la democracia (y no sólo la democracia) es el debate de las ideas, propuestas y proyectos. Durante mucho tiempo, el PRI trató de evitar el debate a cualquier costa, hasta que la misma evolución natural de la sociedad lo hizo inevitable.

En 1994, se dió el primer debate presidencial en México, con muchas resistencias por parte del PRI y de su candidato, Ernesto Zedillo. Al final, el debate lo perdió el candidato del Partido Oficial. Ésta misma dinámica se repitió en el debate del 2000 y los dos de 2006. En los cuatro debates presidenciales que anteceden a los dos que se realizarán en los próximos días, ha habido una constante: los candidatos priístas han perdidos, y han demostrado su ineptitud por adelantado. Sin embargo, aunque el actual candidato presidencial priísta tiene una ineptitud mayor que le brota por los poros que sus dos antecesores, cuenta con un respaldo que no tuvieron ellos: el apoyo irrestricto del duopolio televisivo.

La negativa de Televisión Azteca a transmitir el debate presidencial, así como la decisión de Televisa de transmitir dicho debate en el Canal 5 (XHGC) en lugar del Canal 2 (XEW-TV, El Canal de las Estrellas), que tiene mayor alcance por la cantidad de repetidoras, demuestran cómo las cadenas televisivas cargan los dados a favor del candidato presidencial priísta.

Más aún, deja ver el cúmulo de complicidades que existen entre televisoras y futbol, al programar un partido de cuartos de final de la liguilla del futbol mexicano (el cual, por cierto, se encuentra sumamente desprestigiado por los múltiples escándalos en que se encuentra involucrado) por un equipo propiedad de TV Azteca (Morelia), pese a que existió la solicitud por escrito por parte del IFE dirigido a la FEMEXFUT para que no programaran ningún partido en dicha fecha y hora.

La revancha que TV Azteca ha tenido en contra del órgano electoral por las restricciones que en materia de spots contempló la actual ley electoral desde 2007, es parte de los motivos por los que dicha televisora ahora no transmitirá el debate.

Pese a que se ha dicho que TV Azteca no violaría ninguna ley al no transmitir el debate, lo cierto es que incumple las disposiciones que se encuentran en el artículo 4º y 5º de la Ley de Radio y Televisión vigente, acerca de la responsabilidad social que deben cubrir los medios de comunicación. Sin embargo, lo cierto es que tampoco existe sanción alguna para aquellos que no cumplan éstas disposiciones, por lo que TV Azteca hace gala de su impunidad por las lagunas que tiene la propia ley.

No es la primera vez que TV Azteca viola la Ley de Radio y Televisión con completa impunidad, y sin que nadie diga o haga algo. La primera vez fue en 1999, tras el asesinato de Paco Stanley, donde Ricardo Salinas Pliego exigió al entonces Jefe de Gobierno Cuauhtémoc Cárdenas su renuncia. Posteriormente, en 2002 (y tras una larga serie de litigios perdidos) tomó y robó las instalaciones de CNI Canal 40 en el Cerro del Chiquihuite, además de la propia señal del Canal 40 durante un mes. En 2006, usurpó la señal de dicho canal (nuevamente) y mantiene la señal al aire desde entonces.

Sin embargo, no es en lo único que dicha televisora ha participado. Múltiples campañas de desprestigio en contra de diversos actores e instituciones políticas cuentan en su historial, además de incumplimientos de contrato a distintas personalidades que han pasado por sus filas, incluyendo casos de tráficos de influencias para concretar revanchas legales. El caso más reciente, el del actor Rogelio Guerra, quien está a punto de perder el patrionio de toda su vida, el pago por la venta de su fuerza de trabajo en lo que le queda de vida e, incluso, su nombre artístico.

El dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, dejó entrever en su twitter que el futbol da más rating que un debate político. Más allá de que nunca se ha programado un partido de futbol en domingo a las 8 de la noche (menos aún del Morelia), y de que se quiere proteger a Peña Nieto para que su descalabro en el debate sea lo menos difundido posible, lo cierto es que Televisión Azteca, desde su privatización, le ha apostado a mantener un pueblo iletrado y cautivo (a la par de Televisa), donde incluso profesionistas sean analfabetas funcionales por la influencia que ejerce la televisora sobre ellos, donde absorbe su capacidad de análisis y razonamiento.

TV Azteca aspira a tener un país donde las voces predominantes, la idiosincracia internalizada, y los “conocedores” o “intelectuales” sean Jorge Garralda, Paty Chapoy, Daniel Bisogno, Rocío Sánchez Azuara, Niurka o Javier Alatorre. Donde se imponga la mentira y lo prozaico, lo vulgar y lo grotesco. Donde se pueda administrar la ignorancia porque, administrándola, se tendrá la posibilidad de incidir en la vestimenta, el lenguaje, el consumo y, lo más importante: la forma de pensar, de ver el mundo, y de asimilarlo.

Saludos. Dejen comentarios.

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