Problemática de los jóvenes hidalguenses y la elección del 2 de julio

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RNJ-AMLO, Marzo de 2006

El 2 de julio se dará la elección más importante y trascendental que haya tenido México en toda su historia. La izquierda tiene hoy la oportunidad histórica de ganar la Presidencia de la República con la figura de Andrés Manuel López Obrador como representante de ella.

Los jóvenes jugaremos un papel protagónico en dicha elección, pues será decisivo el voto del sector que hoy representamos. Si bien es cierto que la lista nominal en Hidalgo la componen 1’568,551 votantes de los cuales 474,835 (30.27%) son jóvenes, se estima que 102,707 aún no tiene definido su voto por algún candidato o partido, aunado al voto juvenil estimado a favor de la Alianza por el Bien de Todos calculado en 94,285 jóvenes (32.13%) sólo en el estado de Hidalgo. Es por ello que necesitamos definir líneas de acción que permitan orientar el voto joven a favor de AMLO.

Durante los recorridos realizados en todo el estado en la búsqueda de jóvenes para integrar un movimiento amplio y fuerte, que enriquezca el Proyecto Alternativo de Nación y que participe en el cambio verdadero en el país después del 2 de julio, hemos encontrado fenómenos sociales que le dan una nueva cara a Hidalgo, como son: la emigración de los jóvenes de sus lugares de origen hacia las grandes ciudades para estudiar una carrera universitaria en el mejor de los casos; en otros, buscar empleo y lo que encuentran casi siempre está mal remunerado, sin prestaciones ni posibilidades de crecimiento. Muchas veces los jóvenes emigran incluso antes de cumplir la mayoría de edad hacia Estados Unidos, con un futuro en extremo incierto, pues tienen que enfrentarse, antes de cruzar la frontera, con los polleros, quienes si acaso cumplirán con el trato de “cruzarlos”, y si no, como ocurre con alarmante frecuencia, los abandonarán a su suerte en el desierto; posteriormente, habrán de encontrar a los cowboys que protegen la frontera de su país cruelmente y a quienes no les tiembla la mano para ejecutarlos, o si sobreviven, tendrán que subsistir en un ambiente xenofóbico, hostil, denigrante, racista y paranoico (pues tendrán que cuidarse de la “migra” en todo momento) para crear el patrimonio que no pudieron hacer en su país.

Aunado a esto en el estado existen caminos intransitables, sin mantenimiento; falta infraestructura para la atención de la salud, campus universitarios en diversas y muy marginadas regiones del estado; no existe una política ambiental determinante, pues se da la tala inmoderada de maderas preciosas, así como la contaminación de ríos, lagos y mantos freáticos, sin tomar en cuenta el grave problema en que se está convirtiendo la contaminación atmosférica en algunas de las grandes ciudades del estado, como Tula de Allende, donde la refinería se ha convertido en el agente expansor de veneno por excelencia sin contar con la contaminación del Río Tula, que alberga las aguas negras del DF y el Área Metropolitana.

Por otra parte, la apatía existente en los jóvenes merma por completo cualquier intento de participación política. La Universidad se encuentra corporativizada bajo el cacicazgo de Gerardo Sosa Castelán, político priísta destacado no precisamente por ser ejemplar. El actual gobierno del estado sirve como una agencia de empleos en la cual reina el amiguismo y el compadrazgo, donde los recomendados por algún político priísta son empleados bajo un esquema de servilismo e incondicionalidad a un régimen añejo y por demás obsoleto.

¿Qué decir de los gobiernos anteriores, que reprimían a los jóvenes que manifestaban pensamientos de izquierda, y que saquearon al estado, convirtiéndose en los responsables de la marginación y pobreza que existe en el? Y lo peor, actores del viejo régimen con un negro historial, que han condenado a la generación actual a corregir los errores que ellos han cometido, buscan ahora continuar con su coto de poder a costa de lo que sea, incluyendo la falta de identificación y compromiso con el Proyecto Alternativo de Nación de AMLO, pero congraciándose de ser fieles ideólogos de éste, encontrándose antagonismos entre su forma de actuar cuando fueron representantes populares y lo que ahora prometen. En estos casos, el proyecto que ellos defienden es personal, y su interés, mantener el poder alguna vez obtenido con el partido oficial ahora con la bandera de la izquierda y la justicia social.

Por desgracia, las cúpulas juveniles de los partidos políticos únicamente comparten la idea de protagonizar en los medios locales, pero sin acercarse a las bases ni conocer la problemática juvenil. No cumplen con su labor de organismo de interés público ni tampoco con la encomienda que recibieron al tomar protesta ante la juventud de su partido: para ellos únicamente es el trampolín a una diputación local o federal, o de perdida una regiduría en el municipio donde radican.

Es incuestionable que la capacidad de desarrollo profesional y personal se ve truncada debido a los diversos y múltiples problemas que los aquejan, dependiendo la región del estado de la cual sean originarios, y hacen necesario el cambio del modelo político, económico y social que ha deteriorado las condiciones de vida, no solo de los jóvenes ni de los hidalguenses, sino del país en general. Pero también es cierto que los responsables de generar éste cambio en las condiciones de vida de los jóvenes no han asumido la responsabilidad histórica y moral que les corresponde. Es por esto que el Proyecto Alternativo de Nación, y la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, sean la esperanza de millones de jóvenes para realizar la transformación que requiere el país.

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