La familia natural, la yihad católica y la opresión
Hola. El día de hoy, en varias ciudades a lo largo de México, diversos grupos vinculados con la Iglesia Católica, la ultraderecha y, en general, con...
Hola. El día de hoy, en varias ciudades a lo largo de México, diversos grupos vinculados con la Iglesia Católica, la ultraderecha y, en general, con...
Hace algunos días, el arzobispo Jorge Mario Bergoglio (cuyo apellido dio mucho de qué hablar en las redes sociales, sobre todo en Latinoamérica) fue ungido como el Papa 266 de la Iglesia Católica, el Papa Francisco. Mentiría si dijera que no me sorprendió que un latinoamericano fuera elegido para ocupar la Sede Vacante de San Pedro, y más aún el hecho de que fuera argentino.
Hablando en términos de marketing o muy capitalistas, recordemos que el mercado de El Vaticano y de la Iglesia Católica (al igual que el de todas las religiones) es el negocio de la fe, de la salvación eterna, y de la vida después de la muerte. En éste sentido, Juan Pablo II es una imagen que vende, es una marca que puede redituar muy buenos ingresos, materiales, espirituales y, por supuesto, de fe.
Gran (y grata) sorpresa me llevé cuando, después de leer la columna de Miguel Ángel Granados Chapa, me encontré una carta abierta que el teólogo Hans Küng hizo a los obispos católicos del mundo, siendo los medios de comunicación la única forma de hacerla llegar a sus destinatarios a lo largo y ancho del mundo.