El papel del pasquín propagandístico imperialista contrarrevolucionario de la prensa burguesa, o @TheEconomist vs @LopezObrador_

Hola.

A mediados de la semana, The Economist, revista británica alineada por excelencia a los intereses oligárquicos, oligopólicos, corporativos, bancarios, financieros, trasnacionales, imperialistas y burgueses, publicó un artículo sobre nuestro Presidente, Andrés Manuel López Obrador, titulado El falso mesías.

En él, The Economist afirma que López Obrador es “un peligro para la democracia” pues, desde su punto de vista, ha impulsado políticas ruinosas “por los medios inadecuados”. La revista señala, además, que Andrés Manuel ha pasado desapercibido debido a que “no tiene ‘vicios’ como Presidentes como Viktor Orbán de Hungría, Nerendra Modi en India, o Jair Bolsonaro en Brasil (evidentemente, con este último la comparación es absurda, tan solo partiendo desde el punto ideológico de ambos).

Así, según The Economist, la peligrosidad de López Obrador reside en una necrofilia ideológica, que no es otra cosa que un amor por ideas que ya han sido probadas en el fracaso y fracasaron, según la propia revista.

Finalmente, hace una invitación abiertamente proselitista a favor de la oposición, al asegurar que los votantes deberían frenar al Presidente mexicano hambriento de poder, pues tienen la oportunidad de controlar a su Presidente rechazando a su partido.

No debería de sorprendernos lo anterior en lo más mínimo. Desde su fundación, en 1842, The Economist ha sido un aliado permanente de las élites británicas y europeas, pues representa sus intereses de clase y los defiende. Es un pasquín propagandístico de las élites imperiales publicado para difundir sus ideas, justificar sus acciones tanto en el ámbito político como en el económico, y difundir sus planes contrarrevolucionarios contra los gobiernos progresistas.

En su libro El 18 Brumario de Luis Bonaparte, Karl Marx hace tres referencias y dos señalamientos a The Economist, medio que apoyaba abiertamente la dictadura de Luis Bonaparte, y lo define como el medio con la posición de la aristocracia financiera y que manipulaba a la opinión pública con la pinta del modo más palmario. Posteriormente, vuelve a referirse más adelante a la misma revista como “The Economist” (“El Economista”): revista mensual inglesa de economía y política, órgano de la gran burguesía industrial; aparece en Londres desde 1843.

Así mismo, la misma revista tiene precedentes históricos dignos de ser recordados: apoyó el golpe de Estado de Victoriano Huerta contra Francisco I. Madero, en 1913; apoyó el golpe de Estado contra Salvador Allende y el régimen dictatorial de Augusto Pinochet en Chile; apoyó la invasión a Irak y Afganistán de George W. Bush en 2003, así como la de Libia en 2011; apoyó el golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002, así como las insurrecciones de Henrique Capriles y Juan Guaidó en Venezuela contra el régimen chavista; apoyó el golpe de Estado en contra de Evo Morales por parte de Jeanine Áñez; y un sinfín de etcéteras.

Si algo ha caracterizado a The Economist, es por impulsar la democracia al estilo burgués, y mediante sofismas, adoctrinar a la opinión pública mediante sus publicaciones propagandísticas a favor de sus propios intereses. Su reputación le precede.

Es curioso cómo The Economist busca defender sus intereses: alude al amor de AMLO por ideas del pasado, cuando ellos siguen aferrados al neoliberalismo, pese a que se ha demostrado que este modelo económico ha fracasado en todo el mundo, y cuestionan este amor al pasado, cuando cabe señalar que México, durante los años 60’s tuvo un crecimiento económico sostenido mayor al 6% promedio durante toda la década, que incluso en su momento fue denominado El Milagro Mexicano (por cierto, cuando el Estado tuvo mayor injerencia en la economía), y que parte de ese pasado glorioso, junto con el existente durante el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río, es el que López Obrador quiere devolver a nuestro país.

Llama además, la atención que el mismo día que sale publicado el reportaje referido de The Economist, se tiene conocimiento de que el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), William J. Burns, llegará en los próximos días a México, supuestamente para preparar la visita de la Vicepresidenta de USA, Kamala Harris. Y llama la atención y resulta sospechoso, porque la CIA es la agencia estadounidense que se ha encargado de operar los golpes de Estado en diferentes países del mundo contra sus gobiernos, en particular los progresistas o ajenos a los intereses de las grandes potencias, y además días antes de las elecciones.

Otra señal importante que hay que advertir es la presencia de “observadores” de la OEA para el próximo proceso electoral. Y es importante poner atención en el papel que desempeñará este organismo en la elección del 6 de junio, pues ya existe el precedente de que la OEA ha sido un factor predominante en las denuncias de supuestos fraudes electorales en diferentes países de América Latina, como Venezuela, Ecuador o Bolivia, donde incluso, fue actor fundamental en el golpe de Estado contra Evo Morales por parte de Áñiz.

Pero The Economist no es un caso aislado. Ejemplos nos sobran: está Reforma, El Universal, El Financiero Bloomberg, LatinUS, Imagen Televisión, CNN, BBC, The New York Times, Forbes… la lista es inmensa, y podemos seguir y seguir mencionando medios de comunicación que, lejos de informar y realizar un periodismo serio, objetivo, independiente, únicamente defienden los intereses de clase de los dueños de los medios de comunicación, pasquines propagandísticos al servicio de las clases económicas dominantes, que no únicamente se encuentran inmersos en el negocio de la información, sino en muchas áreas de la economía.

Así, podemos encontrar que, por citar un ejemplo, Olegario Vázquez Aldir, quien no sólo es propietario de Imagen Televisión, que incluye al Canal 3.1 de televisión abierta y al periódico Excelsior, y de los Hospitales Ángeles, donde cabe señalar la gran campaña que ha ejercido Grupo Imagen por medio de su presentador estrella, Ciro Gómez Leyva, contra el Gobierno de México y su responsable y vocero de la Estrategia Nacional contra el Covid-19, Hugo López-Gatell, debido a que el Gobierno centralizó y estatizó el control de la compra de las vacunas contra el virus, así como la Estrategia Nacional de Vacunación, pues la atención de los casos médicos involucrados con la pandemia fueron atendidos en hospitales públicos, dejando fuera al sector privado, y molestando a empresarios como Vázquez Aldir.

No sólo eso: antes de la pandemia, comenzó el ataque al Gobierno por un supuesto desabasto de medicamentos, pues el Gobierno de López Obrador centralizó las compras de medicamentos a nivel nacional para el sector público, y eliminó el oligopolio que existía en la distribución de medicamentos hacia los hospitales públicos por parte de 5 empresas en manos de políticos y empresarios voraces. Eso explica, en gran medida, el ataque mediático diario de Gómez Leyva en su noticiero todas las noches contra López Gatell, donde el propio Ciro ‘infla’ las cifras en 33,000 muertos más de los publicados por el Gobierno de México, mintiendo a la población acerca de la gravedad de la pandemia.

Por tal motivo, no es de extrañarnos el papel del pasquín propagandístico imperialista de la prensa burguesa, pues este se encarga de confundir a la población mediante de sus voceros y medios de comunicación a la población en pro de sus propios intereses, y con la comunicación como tal como negocio y, por la otra parte, persuadir a la población de que los gobiernos progresistas no están realizando acciones en su beneficio, que se traduce en resultados, ni que se está haciendo lo correcto, con el fin de que comience a generarse descontento y oposición popular intrínseca a las acciones del gobierno.

Por eso, aunque lo he repetido muchas veces, bien cabe señalar la frase de Rafael Correa respecto al papel de la prensa burguesa, al asegurar que “desde que se inventó la imprenta, la ‘libertad de prensa‘ es la voluntad del dueño de la imprenta”.

Por lo anterior, es importante buscar fuentes alternativas de información, y sobre todo, tener claro de quién es cada medio de comunicación y qué intereses defiende, pues esto determinará su línea editorial y nos permitirá discernir si estamos siendo objetos de manipulación de información, pues de lo contrario, como atinadamente dijo Malcolm X: “si no tienes cuidado con los medios de comunicación, nos harán odiar al oprimido y amar al opresor”.

Saludos. Dejen comentarios.

El circo de varias pistas

Hola.

Los circos de varias pistas tienen una característica fundamental: que en un mismo momento, varios espectáculos son presentados para, por una parte, crear un espectáculo integral para los asistentes al circo pero, por otra parte, al distraer al espectador entre los distintas pistas que tiene el circo con el fin de que le resulte difícil concentrarse al espectador y no centre su atención en un sólo punto.

Lo mismo sucede actualmente en América Latina, en el plano político. Los mismos intereses de siempre por controlar a la región y a sus recursos naturales, encabezados por las grandes empresas trasnacionales, Washington y los grandes organismos financieros internacionales: FMI, BM y OCDE, montaron una estrategia desde hace ya algunos años con el fin de detener los grandes avances que ha tenido la región en materia de desarrollo e independencia económica, gracias a una oleada de gobiernos progresistas que comenzaron a gobernar en Latinoamérica apenas comenzado el Siglo XXI, y que lo hicieron con total independencia de USA e ignorando las “recomendaciones” del Fondo Monetario Internacional.

Así, al ver en grave riesgo su control político y económico de la región, USA comenzó a operar esta estrategia con el apoyo incondicional de la derecha latinoamericana, de tal forma de reencausar y reimplementar el neoliberalismo en los países de la región. La primer estrategia adoptada fue la organización de golpes blandos y duros en contra de los gobiernos de Izquierda electos democráticamente por sus ciudadanos. Así, podemos encontrar distintos momentos de la historia reciente de la región donde se han hecho presentes estos acontecimientos:

  • Golpe de estado contra Hugo Chávez, Venezuela, 2002;
  • Fraude electoral contra Andrés Manuel López Obrador, México, 2006;
  • Movimiento separatista contra Evo Morales, Bolivia, 2009;
  • Golpe de estado contra Rafael Correa, Ecuador, 2010;
  • Golpe de estado contra Manuel Zelaya, Honduras, 2010;
  • Fraude electoral contra Andrés Manuel López Obrador, México, 2012;
  • Golpe de estado contra Fernando Lugo, Paraguay, 2012;
  • Movimientos de desestabilización contra Cristina Fernández, Argentina, 2012;
  • Movimientos de desestabilización de Henrique Capriles durante las elecciones presidenciales contra Hugo Chávez, Venezuela, 2012 y 2013;
  • Protestas y disturbios de la derecha contra Dilma Rousseff, Brasil, 2013;
  • Disturbios encabezados por Leopoldo López tras la muerte de Hugo Chávez, Venezuela, 2014;

Al respecto, cabe señalar que ya hace algún tiempo, en abril de 2013, en el texto “El fantasma” (https://www.hglc.org.mx/2013/04/19/el-fantasma/), haciendo un recuento y una reflexión sobre los recientes acontecimientos de desestabilización hacia gobiernos de Izquierda en América Latina, escribí:

Oscuros nubarrones se miran en el horizonte latinoamericano, una vez que la maquinaria en Washington se ha puesto en marcha nuevamente, y tienen como finalidad la reimplantación del neoliberalismo (en aquellos países que ya tienen su propio rumbo) ya sea por la vía democrática o violenta, profundizarlo en aquellos donde tienen gran injerencia (como México), y continuar el saqueo que durante poco más de dos siglos han venido realizando en contra de los latinoamericanos.

Nuevamente, en junio de 2013, en el texto “Plan Condor Reloaded” (https://www.hglc.org.mx/2013/06/23/plan-condor-reloaded/), dentro del contexto de las exageradas protestas contra Dilma Rousseff en Brasil, durante la celebración de la Copa FIFA Confederaciones 2013, volví a advertir:

[…] Estamos ante un escenario más de desestabilización provocada por la derecha en un país progresista, y con un claro intervencionismo desde Washington. La cobertura mediática que han tenido las manifestaciones por parte de las grandes cadenas televisivas privadas (y que responden a esos mismos intereses) dejan al descubierto el intento de USA de recuperar, ya sea por la vía “pacífica” electoral, o por la violencia, el control sobre la región.

En febrero de 2014, volví a escribir sobre el tema en “El complot” (https://www.hglc.org.mx/2014/02/17/el-complot/), durante los disturbios ocurridos en Venezuela, encabezados por Leopoldo López, con el fin de desestabilizar al gobierno de Maduro:

Si bien es cierto que existen problemas en los países antes mencionados, tampoco podemos ser ilusos y no observar que estos brotes “espontáneos” tienen un patrón común y modus operandi de estas manifestaciones: gobiernos emanados de la Izquierda; hechos violentos en la primera de las marchas que desencadenan en muertos, con la participación de mercenarios infiltrados y entrenados, después de lo cual se convocan a manifestaciones más y más numerosas que suelen terminar en disturbios (quema de negocios y automóviles, enfrentamientos muy violentos con la policía), que desencadenan en represión y van haciendo subir más la tensión social y encienden los ánimos, convirtiéndose en un círculo vicioso.

A pesar de todo, esta estrategia de los golpes blandos y duros adoptada por USA por medio de su brazo ejecutor, la CIA, para desestabilizar a los gobiernos progresistas de América Latina en las primeras décadas del siglo XXI, fue completamente fallida, puesto que lejos de generar un clima de animadversión en contra de los gobiernos establecidos, hacia el interior generaron mayor respaldo popular y apoyo sin precedentes, moral y electoralmente. Sin embargo, hacia el exterior de esos países, la maquinaria mediática desinformativa de empresas como CNN, o Televisa y TV Azteca en México, generaron una imagen distorsionada de la realidad a una opinión pública que no conoce los procesos internos de dichos países y que, al conocer únicamente su realidad inmediata, la de su propio país, sobre todo en lugares como el nuestro, donde la derecha oprime en lo económico y reprime a los movimientos que existen, generó una simpatía desinformada hacia estos “movimientos sociales” de la derecha alienada a los intereses estadounidenses.

Pero para cambiar las cosas al interior de los países (que es donde realmente importa), hay que generar simpatías hacia la disidencia, no fomentar su rechazo. Así, hubo un cambio en el diseño y aplicación de la estrategia, y esta fue financiar a los grupos opositores y a la derecha de cada uno de los países con el fin de recuperar por la misma vía por la que perdieron su control, poder y dominio en la región, la vía electoral.

Esta estrategia ya tuvo sus frutos. El pasado 22 de noviembre, en una segunda vuelta muy cerrada entre el candidato oficial (heredero del Kitchnerismo y representante de la Izquierda) Daniel Scioli, y el candidato de una coalición de partidos de derecha (y menemista, además) Mauricio Macri, este último gana la Presidencia de la República por cerca de un punto porcentual.

Desde antes de tomar el poder, la prepotencia y arrogancia de Macri ya se ha hecho sentir, pues ha anunciado la desaparición de varios programas que venía implementando el gobierno argentino hacía algunos años, anunciando reformas económicas que vislumbran un regreso hacia el neoliberalismo en Argentina, y que además ha tratado con un brutal desprecio a la todavía Presidente Cristina Fernández. El último desplante fue apenas ayer, donde el presidente electo ha decidido unilateralmente que el traspaso de poderes sea en la Casa Rosada (la residencia oficial en Argentina), y no en el Congreso, como marca la constitución argentina, lo que representa una violación a la Carta Magna de ese país.

Sin embargo, la misma estrategia (y el contagio natural, además, de los procesos políticos y sociales que existe en los grupos de humanos) ha sido adoptada en Venezuela. Con una campaña sin precedentes, llena de mentiras y odio, la derecha venezolana ganó ayer la mayoría de las curules de la Asamblea Nacional al partido gobernante, el PSUV.

Más allá de la recomposición que muestra la derecha latinoamericana en estos procesos, y de lo peligroso que puede ser para otros países con gobiernos progresistas este gran retroceso hacia el neoliberalismo en algunos países de la región que ya se habían librado de él, lo cierto es que existen grandes indicios de que la mano que mece la cuna, USA, ha tenido una participación relevante en el vuelco latinoamericano repentino hacia la derecha. Y además, ha ganado dos países estratégicos dentro de la conformación del bloque latinoamericano anti-imperialista que se había agrupado en los últimos años.

Este golpe a los gobiernos progresistas de Argentina y Venezuela implica, además, una situación de riesgo por el contagio hacia otros países: Brasil, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Cuba, principalmente. Y pone en riesgo, además, la posibilidad de un cambio de modelo económico en México al fortalecer a los grupos de derecha mexicanos inmersos en el PRI, PAN y PRD.

En este circo de varias pistas que representa América Latina, es necesario estar muy atentos de cada uno de los procesos que acontecen en los países de la región, pues lo que sucede en uno contagia al otro. Y sería lamentable que varios países que han tenido un desarrollo económico y social en la última década, retornen al neoliberalismo por los propios intereses de las oligarquías locales y de unos cuántos y, por la otra, en este contagio que se da entre países de la región, condenen a México a 6 años más de neoliberalismo.

Lo peor que le podría suceder a América Latina es el retorno del neoliberalismo, y el retorno del control geo-político de la región por parte de USA. Porque una vez que retornen el neoliberalismo y la derecha al poder, ni a chingadazos se los quitan. Que América Latina se vea en el reflejo de un espejo llamado México, y al neoliberalismo y la derecha encarnada en el poder, en el PRI. Así de lamentable y trágico puede ser su destino.

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El complot

Hola.

En 2002 en Venezuela, donde un grupo de la oligarquía venezolana conformado por FEDECÁMARAS, Empresas Polar, Radio Caracas Televisión (RCTV), Venevisión, Globovisión, y funcionarios de las embajadas de USA y España en dicho país, impulsaron un gran golpe de Estado en contra del presidente Hugo Chávez, acompañado de una gran manipulación mediática internacional encabezada por CNN, y replicada por distintos medios de comunicación afines a lo largo y ancho del mundo. El golpe fracasó, pero no así la intencionalidad.

Después de esto, Hugo Chávez se enfocó en profundizar el Socialismo del Siglo XXI, obteniendo un gran apoyo y respaldo popular (que ya tenía cuando fue conspirado el golpe de Estado), y que le permitió reelegirse como presidente en 2007 y 2013, marcando un gran precedente de respaldo a la Revolución Bolivariana. En 2013, víctima de un cáncer muy agresivo, Hugo Chávez falleció, no sin antes indicar que su sucesor debía ser Nicolás Maduro, entonces vicepresidente de Venezuela. Con todo el respaldo del PSUV, Maduro ganó la elección presidencial por un estrecho margen. Henrique Capriles, candidato opositor de la derecha, desde la campaña y después, existía el interés por parte de la derecha venezolana de desestabilizar al gobierno en turno.

El pasado 12 de febrero, manifestaciones en contra de la inseguridad en distintos estados de Venezuela terminaron con un saldo de tres muertos. Desde entonces, existe una gran campaña mediática impulsada por CNN (televisora estadounidense) y NTN 24 (televisora colombiana) generando un ambiente de agitación encabezado por Leopoldo López, acompañado de bots en redes sociales impulsando un “gran movimiento” en contra del régimen “dictatorial” y “autoritario” de Nicolás Maduro.

Sin embargo, fotografías de supuestos estudiantes aprehendidos en las calles de Caracas vislumbran la posibilidad de halcones infiltrados desde la primera manifestación y no sería descartable que estos mismos halcones hayan sido los autores de los asesinatos a estudiantes. Más aún, después de que fue revelado por parte del gobierno venezolano que estos halcones fueron entrenados en México, en un plan llamado Fiesta Mexicana, a lo cual el gobierno mexicano ha guardado silencio. No es descartable esta hipótesis, ya que existen precedentes de injerencismo (sobre todo de USA) mediante el Plan Cóndor en América del Sur en la década de los 60’s, 70’s y 80’s, y cuyos desestabilizadores eran entrenados en la llamada Escuela de las Américas, que en ese momento tenía sede en las cercanías del Canal de Panamá, en la cual la CIA (Central de Inteligencia Americana) era la encargada de reclutar, entrenar y fijar objetivos, y que distintos personajes latinoamericanos fueron partícipes (incluídos presidentes surgidos de golpes de Estado militares).

En este sentido, cabe señalar que Venezuela no es el único país que se ha visto sujeto a desestabilización política por parte de intereses ajenos, que apuntan directamente a USA por medio de su brazo ejecutor tradicional: la CIA. Aunque pareciera que son hechos e incidentes aislados y locales, Ucrania y Brasil han compartido (junto con Venezuela) manifestaciones en contra del gobierno en turno exigiendo cosas distintas.

Si bien es cierto que existen problemas en los países antes mencionados, tampoco podemos ser ilusos y no observar que estos brotes “espontáneos” tienen un patrón común y modus operandi de estas manifestaciones: gobiernos emanados de la Izquierda; hechos violentos en la primera de las marchas que desencadenan en muertos, con la participación de mercenarios infiltrados y entrenados, después de lo cual se convocan a manifestaciones más y más numerosas que suelen terminar en disturbios (quema de negocios y automóviles, enfrentamientos muy violentos con la policía), que desencadenan en represión y van haciendo subir más la tensión social y encienden los ánimos, convirtiéndose en un círculo vicioso.

En Ucrania el pretexto fue la negativa a incorporarse a la Unión Europea (contraviniendo los intereses de los propios europeos y USA, quienes ven un riesgo en la conformación de la Unión Euroasiática como un bloque económico antagonista); en Brasil el pretexto fue un tanto ridículo: la celebración de la Copa Mundial de Futbol de la FIFA en 2014; y en Venezuela la inseguridad. Y si observamos la primavera árabe de 2011, encontraremos un factor en común: la desestabilización de gobiernos no afines a los intereses estadounidenses y europeos.

Así, en Libia (a partir de “manifestaciones estudiantiles pacíficas”) se gestó una invasión que terminó con el régimen de Muammar Al Gaddafi (que también socavó uno de los mayores índices de bienestar que existía en el mundo) por el petróleo. En Siria, la lucha entre el gobierno de Bashar Al Assad y los mercenarios de la CIA ha cumplido ya dos años, y es también por petróleo y gas natural. En Ucrania, es por la incorporación a la Unión Europea, de la cual muchos saldrían beneficiados (menos los ucranianos, por supuesto). En Brasil, el trasfondo real es desmoronar el BRICS (bloque económico que hace un contrapeso real a la Unión Europea y a USA). Y en Venezuela, es el petróleo y la influencia política actual en la región.

La situación estratégica actual que tienen Brasil y Venezuela respecto a América Latina y su injerencia en el actual cambio de paradigma en el continente es crucial. Y para esto, USA le ha apostado a gobiernos títeres como el de Enrique Peña Nieto en México, Santos en Colombia, o Piñera en Chile (régimen a punto de terminar), que más allá de realizar reformas estructurales a modo de los intereses estadounidenses y europeos, representan un ariete en su contraofensiva contra los gobiernos de Izquierda y que ya no se sujetan a los designios y mandatos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.

Así, el golpe de Estado denunciado por Nicolás Maduro en Venezuela no es otra cosa que un complot orquestado desde USA y la operación de la CIA para cambiar al régimen, y someter nuevamente a la región a sus propios intereses. Así, solo queda esperar que el Pueblo, al igual que con Chávez, responda y respalde a su presidente y a su gobierno. De lo contrario, Venezuela y América Latina volverán al letargo y atraso en el que tantos años tuvo USA a la región, tal cual lo está haciendo hoy con México.

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Plan Condor reloaded

Hola.

En la década de los 70’s y parte de los 80’s,el gobierno de USA por medio de su brazo operativo la CIA llevó a cabo el denominado Plan Condor (cuyo antecedente podemos remontarlo a la Escuela de las Américas), cuyo fin era dar seguimiento, vigilancia, detención, interrogatorios con tortura, traslados entre países y desaparición o muerte de personas consideradas por dichos regímenes como ‘subversivas del orden instaurado o contrarias al pensamiento político o ideológico opuesto, o no compatible con las dictaduras militares de la región’.

Parte de éste Plan Condor fue el Golpe de Estado en contra de Salvador Allende en Chile en 1971 (por mencinar un ejemplo). Además, se creó una red de dictaduras a lo largo y ancho del Cono Sur para crear un terrorismo de Estado en contra de los habitantes de la región, con una plena coordinación entre ellas para sus fines. En México jamás hubo necesidad de algo así, pues los Presidentes emanados del PRI servían, a su vez, como agentes operadores de la CIA en el país.

Tras las dictaduras que asolaron América Latica durante mucho tiempo, y tras el paso a una democracia de transición que colocó durante un tiempo en el poder, la Izquierda latinoamericana fue ganando espacios y el mando en distintas regiones de latinoamérica. Venezuela, por medio del Comandante Hugo Chávez fue de las primeras en dar éste giro, y entonces distintos pueblos empezaron a seguir el mismo camino.

Así, países como Brasil, Chile, Argentina, Ecuador, Boliva, Uruguay, Paraguay, Nicaragua y más recientemente Perú comenzaron a tener gobiernos que ya no acataban las disposiciones y órdenes de Washington, ni las fallidas “recomendaciones” que realizan los grandes organismos mundiales como el Fondo Monetario Internacinal (FMI), el Banco Mundial (BM) ó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y comenzaron a generar instituciones distintas la supeditada (a Estados Unidos, por supuesto) OEA, tales como el Mercosur y el ALBA en un intento por recuperar el control de su destino, y su legítimo derecho a decidirlo.

América Latina comenzó a resurgir ya no por la “ayuda” de los países poderosos, ya no por la voraz entrega de recursos naturales a las grandes naciones industrializadas, ni tampoco por la tan cuestionable “inversión extranjera” (que trae más perjuicios que beneficios), sino por políticas locales y regionales enfocadas a recuperar el camino perdido por más de 500 años en el continente.

Así, los beneficios comenzaron a socializarze, a dejar de estar acaparadas en las pocas manos de las oligarquías locales, para ser destinadas al grueso de la población. El Programa Hambre Cero de Brasil impulsado por Luiz Inácio Lula Da Silva (por cierto, muy mal copiado y emulado por el gobierno de Enrique Peña Nieto), las Misiones de Venezuela creadas por Hugo Chávez, sociales emprendidos por la Revolución Ciudadana de Rafael Correa en Ecuador son parte de esta nueva política encaminada a ayudar a los segmentos más desprotegidos de la población, como parte de una estrategia de desarrollo general encaminada a una distribución más equitativa de la riqueza en cada uno de éstos países.

Sin embargo, la hegemonía política y económica de USA en el continente se fue perdiendo al nivel que tenía durante las dictaduras militares, y entonces ha habido diversos intentos por recuperarla, mediante acciones de desestabilización hechas de forma aislada, pero con el mismo modus operandi, que es utilizando a la derecha en la región, y que por cierto han fracasado gracias al gran respaldo popular que tienen los mandatarios de esas naciones.

Entre las primeras acciones de éste que yo he denominado Plan Cóndor Reloaded podemos mencionar el Golpe de Estado en contra de Hugo Chávez en 2002, el fraude electoral en 2006 contra López Obrador y la compra de la Presidencia de la República en 2012 por el PRI el intento separatista en diversas regiones de Bolivia en 2009, el Golpe de Estado en Ecuador en contra de Rafael Correa en 2010, el Golpe de Estado en contra de Zelaya en Honduras en 2012, el Golpe de Estado en contra de Fernando Lugo en Paraguay en 2012, las movilizaciones contra Cristina Fernández en 2012, y el alfil derechosta Henrique Capriles en las elecciones presidenciales de Venezuela de 2012 y 2013. Salvo los golpes de Estado contra Zelaya y Lugo, así como el escenario mexicano, todos los demás intentos han sido fallidos.

En los días pasados, movilizaciones en Brasil dentro del marco de la Copa Confederaciones han acaparado la atención del mundo. El alza al pasaje en el transporte público llevó a miles de brasileños a las calles a manifestar su rechazo a tal medida. Sin embargo, esto sucede en un país en el que ha tenido una política enfocada a las clases trabajadoras y desprotegidas, y que una de sus acciones más recientes fue el eliminar el IVA en alimentos y medicinas (política instaurada en los gobiernos de derecha en el país).

Las manifestaciones (cabe señalar) se dieron en un marco de violencia extrema, donde la policía brasileña tuvo que emplear la fuerza para contener los disturbios que realizaban provocadores profesionales en las calles de Brasil. Tras el anuncio del gobierno de Dilma Rousseff de no sólo bajar nuevamente el precio del transporte público, sino además de realizar algunas reformas que la sociedad pidió durante las protestas, éstas no han cesado. Incluso, el colectivo de jóvenes que convocó a las manifestaciones acusó a la derecha brasileña de utilizar las manifestaciones para otros fines distintos a los que fueron convocados.

Así, estamos ante un escenario más de desestabilización provocada por la derecha en un país proesista, y con un claro intervencionismo desde Washington. La cobertura mediática que han tenido las manifestaciones por parte de las grandes cadenas televisivas privadas (y que responden a esos mismos intereses) dejan al descubierto el intento de USA de recuperar, ya sea por la vía “pacífica” electoral, o por la violencia, el control sobre la región.

Como en Venezuela o Ecuador, el Plan Cóndor Reloaded fracasará ahora en Brasil, pues los brasileños sabrán respaldar un gobierno que se ha preocupado por atender aquello que no quiso ser antendido durante mucho tiempo, ya sea por señores virreinales, o por gobernantes y militares que se sentían señores virreinales. Y eso es algo a lo que no están dispuestos a regresar otra vez.

Saludos. Dejen comentarios.

El fantasma

Hola.

Desde 1823, año en que Estados Unidos (por medio de la Doctrina Monroe), decidió que América es de los Americanos (no de los que vivimos en el continente de América, sino de los estadounidenses, quienes se denominan a sí mismos Americanos), América Latina ha sido objeto de vejaciones por parte de los que se han denominado a sí mismos Americanos.

En éste sentido, los gringos siempre serán gringos, y en consecuencia serán voraces, ambiciosos, ventajosos, belicosos y oportunistas. No existe un país que mayor cantidad de guerras haya establecido en el mundo, ya sea en la búsqueda de recursos naturales, territorio, materias primas, mercados o todas las anteriores juntas, por supuesto y siempre ineludiblemente, en nombre de la Libertad y la Democracia.

Así, América Latina (que tuvo la desgracia de compartir el continente con ellos) ha sido quien más ha sufrido las ambiciones expansionistas e imperialistas de nuestro vecino del Norte. La primer víctima de la absurda Doctrina Monroe fue nuestro país, quien después de una desigual guerra tuvo que ceder la mitad del territorio nacional a USA en 1848, por medio del Tratado Guadalupe-Hidalgo. Pero no hemos sido los únicos. Entre la lista de vejaciones e intervencionismo que ha habido por parte de USA tenemos la dolosa construcción y administración del Canal de Panamá, la explotación y pillaje del petróleo mexicano hasta la Expropiación Petrolera, o las múltiples dictaduras militares que ha sufrido el continente en distintos países gracias a la mano irrestricta de Estados Unidos por medio de su brazo ejecutor, la CIA.

Victoriano Huerta en México, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Anastasio Somosa en Nicaragua, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Jorge Videla en Argentina, la junta militar brasileña, y muchos casos más son vinculados directamente a grupos contrarrevolucionarios entrenados y apoyados por USA por medio de la CIA, entrenados (los dictadores a partir de la década de los 50’s) en la Escuela de las Américas, así como una influencia militar importante planeada y llevada a cabo por medio del Plan Cóndor. Incluso, hace algunos días, Wikileaks puso en evidencia el papel que tuvo Luis Echeverría Álvarez, ex-presidente de México de 1970 a 1976, en su vínculo con la CIA, y de igual forma se conocen vínculos de, al menos, varios ex-presidentes que tenían ese mismo vínculo, como lo fue Miguel Alemán (1946-1952), Adolfo Ruiz Cortínez (1952-1958) y Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970).

Así, tras años de desapariciones forzadas, asesinatos, secuestros, torturas, y diversas formas de represión, las dictaduras militares latinoamericanas fueron cuestionadas por la opinión pública mundial, por lo que abrieron un periodo de simulación de democracia, en la cual, después de las dictaduras militares, la mayor parte de los gobiernos surgidos de esas elecciones fueron de derecha. Sin embargo, el hastío de la población con esas formas y métodos de gobiernos propiciaron que, poco a poco y ya fuera de la clandestinidad, la Izquierda fuera ganando terreno, hasta llegar a tener triunfos importantes como el de Hugo Chávez en Venezuela, Luis Inácio Lula da Silva y Dilma Rouseff en Brasil, Nestor y Christina Kichtner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Fernando Lugo en Paraguay, Michelle Bachelet en Chile, Daniel Ortega en Nicaragua, y Ollanta Humala en Perú.

Sin embargo, el fantasma golpista que rondó en América Latina desde la década de los 50’s y hasta entrados los 80’s volvió a aparecer, aunque primero de forma fallida. Primero con Hugo Chávez en 2002, con Evo Morales en 2008, y con Rafael Correa en 2010, sin contar el intervencionismo que hubo en las elecciones presidenciales en México de 2006 y 2012, donde Andrés Manuel López Obrador no tuvo el reconocimiento oficial al haber ganado la elección presidencial en 2006, y posteriormente al enfrentarse a una campaña multimillonaria y cuestionable que el actual presidente no ha podido (ni le interesa) esclarecer.

Pese a esto, el fantasma sigue presente, y no se ha ido. El Plan Colombia y la Guerra contra el Narco desatada en México desde hace 6 años es prueba de ello. El Golpe de Estado consumado contra Fernando Lugo en Paraguay hace 10 meses es prueba de ello. La actitud golpista de Henrique Capriles en Venezuela (aprovechando el descontrol político que existe actualmente en dicho país debido al fallecimiento de Hugo Chávez) quien, habiendo desconocido el resultado de una segunda elección donde fue derrotado, envió a sus seguidores a las calles a generar violencia y confusión, los cuales tuvieron un saldo de 7 muertos para el partido gobernante (el PSUV), y abriendo el paso para un Golpe de Estado, o una intervención militar norteamericana, también es prueba de ello.

Oscuros nubarrones se miran en el horizonte latinoamericano, una vez que la maquinaria en Washington se ha puesto en marcha nuevamente, y tienen como finalidad la reimplantación del neoliberalismo (en aquellos países que ya tienen su propio rumbo) ya sea por la vía democrática o violenta, profundizarlo en aquellos donde tienen gran injerencia (como México), y continuar el saqueo que durante poco más de dos siglos han venido realizando en contra de los latinoamericanos.

Sin embargo, a pesar de los pesares, siempre hay alternativas, pues aún somos muchos que creemos que otro mundo es posible, más humano, más igualitario y más justo, donde se privilegie lo social a lo económico, lo espiritual a lo material, y lo moral al éxito a toda costa. Todo depende de qué tan dispuestos estamos a defender lo nuestro y lo que nos corresponde por derecho. Sólo así podremos realizar una transformación real de México, y no simulaciones, como lo realiza el gobierno en turno, por supuesto, siempre apoyado desde lo alto por Washington, los organismos multinacionales, las trasnacionales y la oligarquía, que no está dispuesta a dar nada, y que está decidida a continuar con su característico entreguismo de siempre.

Saludos. Dejen comentarios.

Sin duda, votaría por Chávez

Hola.

El próximo domingo se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Venezuela. Y lo cierto también es que (al igual que en México) se elegirá entre dos proyectos distintos y contrapuestos.

El primero de ellos es el encabezado por el Comandante Hugo Chávez Frías, candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), quien ha sido electo en dos ocasiones (y ratificado en una) y ha gobernado esa nación durante 13 años. Llegó al poder en 1999 debido al fracaso de las políticas neoliberales que habían hundido a Venezuela y que habían convertido a dicho país en un mar de disparidad y inequidad económica, política y social.

Chávez llegó al poder por la vía de las urnas, después de un fallido Golpe de Estado comandado por él en 1992, y cuya fuerza popular le permitió ser liberado, ser candidato y ganar la Presidencia de la República. Al instante de asumir el poder, convocó aun nuevo constituyente, el cual creó una nueva Carta Magna, y fue aprobada en el año 2000, después de lo cual Chávez volvió a competir (ya con la nueva Constitución) y fue ratificado en el poder. Así, debido a las políticas públicas que comenzó a aplicar, en el 2002 se orquestó un golpe de estado en su contra, apoyado por FEDECÁMARAS (el equivalente al Consejo Coordinador Empresarial en México), Radio Caracas Televisión (RCTV) [el equivalente de Televisa], Globovisión, Venevisión, así como por las embajadas y gobiernos españoles y norteamericanos.

Sin embargo, dicho golpe falló, en gran medida porque el pueblo venezolando se volcó a las calles a defender a su gobernante, y a exigir que se le devolviera el poder. Así, Chávez libró su prueba de fuego (la más importante que ha tenido) y se consolidó como gobernante en Venezuela.

Después, los avances que comenzó a tener Venezuela en materia de salud, educación, bienestar, poder adquisitivo, acceso a la tecnología y a la información, servicios públicos, infraestructura, y demás rubros fueron impresionantes. Expulsó a las compañias petroleras estadounidenses, las cuales ganaban el 75% de la renta petrolera y no pagaban impuestos, en beneficio de los venezolanos y de su propio desarrollo. Así mismo, nacionalizó las empresas cementeras en Venezuela, las cuales (en su gran mayoría) eran propiedad de las trasnacional CEMEX, la cual hacía práticas abusivas, sacaba más de la mitad del concreto producido en Venezuela hacia otros países, y el que se quedaba en dicho país se lo vendían al gobierno 2, o hasta 3 veces más caro del valor en el mercado.

Para dar otra muestra: actualmente, el salario mínimo en Venezuela es de USD $476.17, mientras que en México es de apenas USD $146.40 mensuales (y con la contrarreforma laboral recientemente aprobada, bajará aún más). Otro ejemplo: mientras que en México se aprobó una reforma laboral para beneficiar al empresario, en Venezuela también fue aprobada una reforma laboral que le da más beneficios al trabajador.

Así, en 13 años, Chávez ha transformado a Venezuela no sólo cambiando el modelo económico de neoliberal a lo que se ha denominado Socialismo del Siglo XXI, sino que éste ha impactado en el nivel de vida del venezolano aumentando considerablemente el tamaño de la clase media en dicho país, y disminuyendo la línea de pobreza (mientras en 2002 el 48.6% de la población venezolana se encontraba en la línea de pobreza, 31.2% tenía sus necesidades básicas insatisfechas, y 20.2% estaba en pobreza crónica, éstos índices descendieron en el 2008 al 27.5%, 23.4% y 11.8% respectivamente, es decir, en 6 años [Fuente: Política Social, Desarrollo y Pobreza en Venezuela, Caracciolo Viloria, Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS) Oficina en Venezuela de la Fundación Friedrich Ebert, http://library.fes.de/pdf-files/bueros/caracas/08763.pdf]).

El otro proyecto que se presenta en Venezuela es el encabezado por Henrique Capriles, candidato de la Mesa de Unidad Democrática, coalición conformada por partidos de diversos matices, principalmente centristas y derechistas. El proyecto de Capriles es uno: el retorno del neoliberalismo a Venezuela, y reconfigurar la geopolítica en Sudamérica favorablemente a los intereses estadounidenses.

Práticamente, todos los avances que ha tenido la Revolución Bolivariana en Venezuela serían destruídos, el petróleo regalado a los estadounidenses, y se gobernaría (al igual que en México) para unos cuántos, que es la oligarquía que busca retomar el poder perdido después de tantos años.

Así, Capriles es el candidato de la OTAN, de USA, de Barack Obama, de Washington, del Fondo Monetario Internacional, de las embajadas americana y española, de las compañías petroleras norteamericanas, de la oligarquía local de Venezuela, de FEDECÁMARAS, de Venevisión, de Globovisión, de los poderes fácticos, del dinero, del neoliberalismo y, lo más importante, del retroceso para Venezuela.

Cabe señalar, por cierto, que tanto Capriles como la embajada de USA en Venezuela han amagado con no reconocer el resultado electoral si sale victorioso Chávez. El primero, generando una revuelta entre sus seguidores, y los segundos, pidiendo una intervención militar, tal y como están planeando hacerlo con Siria en éstos días vía Turquía, y como pretenden también hacerlo con Irán vía Israel.

Así, en este choque de proyectos distintos y contrapuestos, sólo hay dos opciones: 6 años más de mejores condiciones de vida para los venezolanos, ó un retroceso económico, político y social para ésta nación que bastante sufrió durante muchos años antes de la Revolución Bolivariana.

Chávez ha demostrado que otro mundo es posible. Que si esposible redistribuir la riqueza, y repartirla equitativamente. Que si es posible tener una relación respetuosa con USA, siempre y cuando éstos no tengan injerencia en la Soberanía Nacional. Que si es posible generar mayores y mejores servicios públicos, a cargo del estado. Que si es posible no depender de la mano invisible. Que si hay de otra. Que cada pueblo puede y debe determinar su propio destino.

Así, en ésta coyuntura fundamental para Venezuela, si yo fuera venezolano, sin duda, votaría por Chávez.

Saludos. Dejen comentarios.