Una historia (Parte 1)

Hola.

Fue una mañana de febrero de 2013. Había ido a platicar con Martí Batres sobre muchas cosas de MORENA Hidalgo. La situación muy difícil al interior. De pronto, me soltó que debíamos arreglar eso, pues teníamos que ir pensando en los candidatos para el 2015. Le pregunté entonces que cómo se iba a decidir. Me dijo que con una encuesta, el que saliera mejor posicionado.

Era tal cual la letra del estatuto. Le comenté que, debido a la campaña presidencial de 2012, yo había tenido una exposición en medios, y que en ese entendido podía ser el mejor posicionado. Me dijo que si era así, que entonces había que verlo en la encuesta. A mí me pareció bien, pues aunque no me pasaba por la cabeza ser candidato, eso significaba que con el arrastre de la campaña presidencial de 2012 en Pachuca, aunado al hecho de que logramos empatar con Peña Nieto (oficialmente quedamos 18 votos abajo), podíamos hacer crecer bien a MORENA en Pachuca.

Sin embargo, el destino a veces es cruel. Paulatinamente, me fui quedando sin dinero, pues ya llevaba algunos meses desempleado. Además, la ambición individual de algunos compañeros que habían trabajado conmigo en MorenaJE llevó a una fractura irreconciliable, sobre todo después de que en este muro, uno de ellos me agredió con cuestiones personales.

Esto sembró el ambiente ideal para dos grupos que comenzaban a participar en MORENA Pachuca: uno, encabezado por Francisco Patiño, quien no tiene una buena imagen hacia dentro ni hacia afuera. Varias veces ha sido acusado de muchas cosas que no mencionaré por no constarme, pero que son feas, gachas.
El otro grupo, el encabezado por José Arturo Islas, Tesorero Estatal de la organización, a quien apoyé por su perfil discursivo, sin saber la traición que generaría después en mi contra. Arturo ya había participado con nosotros en el Colectivo de Izquierda Hidalguense de 2008 a 2010, y se salió (dijo) “por la incongruencia de apoyar a Xóchitl Gálvez a la candidatura de Gobernador”. Arturo es comunista de dientes para afuera (su discurso sobre Marx es muy elocuente, y convence a algunos cuántos bobos), pero capitalista de dientes para adentro.

Así pues, entre la rapiña de los dos grupos antes descritos, mi incapacidad económica y operativa para hacer algo en Pachuca, y una leyenda negra difundida por ambos grupos acerca de mí, comencé a mermarme en los trabajos de MORENA. Sin embargo, mi posicionamiento en medios era bueno: aún podía competir y ganar una encuesta.

En algún momento de 2013, fui designado por el Comité Ejecutivo Estatal para representar a Hidalgo ante una comisión modificatoria del estatuto, en particular del asunto de las candidaturas. Redacté una propuesta, la presenté y discutí con los compañeros de Hidalgo. Se realizaron adendum a mi propuesta, y se envió a López Obrador y a Martí Batres.

Un día antes de la reunión, Martí Batres habló conmigo por teléfono. Me pidió que no presentara la propuesta de Hidalgo, porque Andrés Manuel tenía la suya, y querían que fuera aprobada sin correcciones. A regañadientes, accedí. Incluso, platiqué con Andrés Caballero (Presidente de MORENA Hidalgo) la posibilidad de no ir a una simulación. Finalmente me convenció.

Fui a la reunión, y la propuesta de AMLO no difería mucho de la mía. Ambos proponíamos el sorteo como mecanismo de elección de los candidatos plurinominales, nada más que con métodos diferentes. En otra cosa que difería era en el porcentaje de externos: mi propuesta sólo contemplaba el 20%, la de AMLO 33% (así quedó en el estatuto final). Más adelante me referiré nuevamente a este método de selección.
Una vez que comenzó el 2014, mi salud comenzó a mermarse. Así, en abril me interné una semana por causa de la pancreatitis. Por esos días también, Martí Batres había indicado que se definieran cuáles distritos iban a ser para hombres, y cuáles para mujeres. Para ese momento, todo mundo dentro de MORENA sabía que yo quería ser candidato. En una maniobra de lo más perverso, ruin y canalla que pueda haber, el grupo de Arturo impulsó en el Consejo Estatal que el distrito de Pachuca fuera para mujer. Patiño apoyó la propuesta. El Consejo Estatal aprobó, y quedé fuera. Sin la posibilidad de defenderme por mi convalecencia, aprovecharon el momento para dejarme fuera de la carrera por las candidaturas. Meses más tarde, el Consejo Nacional consumaría la canallada.

Al Consejo Nacional donde se aprobó género para Pachuca, no asistí porque no tenía caso exponer argumentos. Con eso de que “en MORENA no importan los cargos, sino la lucha por México”, era inverosímil querer plantear y exponer una cosa así. A pesar de esto, hubiera podido meter ante el Tribunal un juicio de derechos político-electorales del ciudadano, pero consideré que tampoco era la vía. Estaba dispuesto a disciplinarme, pues lo importante “es la lucha por México, no los cargos” y, finalmente, yo no ingresé a la política para hacerme rico o ser candidato, sino para luchar por un país mejor.

Comenzaron a mencionarse entonces nombres de precandidatas. Ninguna de las tres mencionadas cubría perfil o popularidad. Simplemente cubrían el género. Alerté sobre la posibilidad de ir a una contienda electoral con candidaturas a modo para el PRI. Nadie tomó el apunte.

Al mismo tiempo, comenzó la recolección de firmas para la Consulta sobre la Reforma Energética. Desde un principio me opuse porque sabía el final que le deparaba a las firmas: era una vil pérdida de tiempo. Incluso, dentro del Comité propuse hacer acciones de resistencia y lucha paralelas a la estrategia nacional. La respuesta del Comité fue un categórico “NO”.

Así lo expuse, y me llovió cuanto pudo debido a mi posición. Eso ocasionó que la intolerancia hacia mi persona e ideas por parte de los miembros de MORENA se fuera a otros ámbitos, incluso el personal. En consecuencia, la respuesta era cuestionar más y más las acciones de MORENA no sólo en ese ámbito, sino en otros más.

Pese a esto, decidí hacer el Foro Estatal sobre la Reforma Energética, con Paco Ignacio Taibo y María Fernanda Campa en Agosto de 2013. Amén del boicot del Gobierno del Estado al foro, pues el lugar donde se realizaría (el Teatro Bartolomé de Medina) lo autorizó con menos de una semana antes, luché contra el boicot del Comité Estatal. La difusión (volanteo, pega de carteles, boletines de prensa, etc.) la realicé sin ayuda de nadie. Me dejaron solo con mi alma y mi foro. Aún así, el teatro se llenó. Y fue el único foro a nivel nacional que MORENA organizó en cuanto al asunto.

La estrategia de “no hacer nada” respecto a la Reforma Energética le costó caro a MORENA, sobre todo en el asunto de la credibilidad. El IPN y Ayotzinapa sacó a las calles a la gente con todo y su indignación, cosa que a AMLO le dió miedo, (o no sé por cuál motivo) no lo hizo.

Posteriormente, se propuso la organización de un Encuentro Estatal de Jóvenes en Ixmiquilpan en mayo de 2014. Se invitó a Luisa Alcalde, a Patricia Ortiz y a Andrés Manuel López Beltrán. De ellos, sólo asistió Luisa. Patricia no asistió, bajo el fallido argumento que “no estaba de acuerdo en el método de selección de los jóvenes” que acudirían al Encuentro Nacional de Jóvenes, en lugar y fecha por confirmar. ¿Cuál era el método? Sorteo, como en las candidaturas plurinominales. Andrés Manuel López Beltrán, una semana antes, confirmó que asistiría. El día del evento, jamás contestó el teléfono.
Posterior a esto, comencé a alejarme de los trabajos del Comité y a dejar de aparecer en prensa (que esa fue otra grilla al interior del comité “¿con qué autoridad sale Legorreta a dar declaraciones a la prensa?”. Fácil: con la autorización de Caballero).

En octubre de 2014, Caballero me invitó a una reunión con Martí Batres. Después me enteraría que tenía que darle los nombres de las candidatas para realizar la encuesta. Le sugerí a Caballero que me incorporara en la encuesta, quizá ya no para ser candidato (en esos momentos, ya me daba igual), sino tan sólo por medirme. Caballero me respondió que ya se había decidido que fuera mujer, y que no me dejarían entrar de cualquier forma a la encuesta por tal motivo.

Asentí. Me di cuenta que los dados estaban cargados, y que nada que hiciera cambiaría ello. En ese momento, renuncié a cualquier aspiración política que tuviera, incluyendo entrar al sorteo de las plurinominales. Aunque impulsé la reforma al estatuto, caí en la cuenta que ese método sólo permitirá que oportunistas, arribistas y vividores lleguen a ser diputados por la vía fácil. Y sin responsabilidad de nadie, más que de la suerte.

Por eso he decidido no participar en el sorteo de las plurinominales de MORENA. No voy a entrarle a la simulación y a la farsa, ni quiero hacerme co-partícipe de las imposiciones en muchos lados del país, ni responsable por cierta gente nefasta que aspira a participar y que sería muy grave que fueran diputados.

Así, no me ha quedado otro recurso que alzar la voz, denunciar las prácticas autoritarias y sectarias al interior de la organización, y generar la consciencia necesaria al respecto.

Esa es mi historia. Algún día la ampliaré con más detalles, datos y hechos. Y así hay muchas en todo el país.

Saludos. Dejen comentarios

Reflexión de Navidad y Año Nuevo 2014

Hola.

Año nuevo, vicios viejos. En general, el ser humano no aprende de sus errores, y tiende a repetirlo. Somos lo que construimos, y tenemos lo que queremos y merecemos. Bien dice Mafalda que, más que un animal de costumbres, de costumbre el hombre es un animal.

El 2013 no fue nada alentador ni en lo político ni en lo personal. Políticamente fue un desastre, y en lo personal un tanto más.

El neoliberalismo terminó por consolidarse gracias al bombardeo incesante e incansable de Enrique Peña Nieto de sus reformas estructurales, las cuales fueron impulsadas y aprobadas en menos de un año, destrozando las herencias y conquistas ganadas durante el siglo XX en materia de  derechos y de autogestión económica. El legado de la Revolución Mexicana (enarbolada principalmente por personajes como Villa y Zapata), y de presidentes como Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos han sido revertidos.

Así, empieza en 2014 la era postneoliberal, en la cual comenzarán -dicen los tecnócratas priístas y panistas- a cosecharse los frutos de las “grandes reformas que México necesita”. Sin embargo, sospecho que esa cosecha será de frutos transgénicos y podridos, en la cual se acrecentará la brecha entre ricos y pobres; se incrementará la pobreza gracias a los nuevos impuestos que estamos por estrenar; habrá mayor deserción escolar y embarazos no deseados a edades menores gracias a la reforma educativa privatizadora, la cual -en consecuencia- acrecentarán los niveles de inseguridad, de descomposición social y de ingobernabilidad política; habrá incrementos de precios de forma constante gracias al constante y alto costo de los energéticos en el país, gracias a la reforma energética; y en general la situación se volverá terriblemente intolerable para la mayor parte de la población.

También, un hecho que desde al año pasado comenté (y que incluso, se pensó que era exageración propia) es la instauración de un régimen totalitario de facto en el país. La represión y persecusión en contra de dirigentes políticos y sociales se incrementó y agudizó en el último año, como no se veía desde los 50’s, 60’s y 70’s en este país, teniendo de la mano a gobierno federal y gobiernos locales, sin distingo de color o “ideología” (donde ha sido imposible distinguir qué gobierno es de “Izquierda” y cuál de “derecha”, repitiendo las mismas pautas y conductas). Y si bien es posible que no se incremente, por lo menos se mantendrán los mismos niveles de intolerancia que este año, en la búsqueda de colocar el actual totalitarismo como régimen hegemónico y único.

Sin embargo, en el pecado se lleva la penitencia. Entre los que pensaban que la elección presidencial era un concurso de simpatías, y los que pensaban en comer hoy para pasar 6 años de hambre mañana, son los responsables de esta gran tragedia nacional. Pero uno no puede estar culpando y juzgando permanentemente a la gente, pues esta descomposición política y social llevará al cierre del ciclo neoliberal, y abrirá uno esperanzador y promisorio para todos. Así lo demuestra la Historia. Nunca ha gobernado permanentemente la derecha ni la izquierda. Ciclos se abren y se cierran, y pese a comenzar este año la era postneoliberal, no tardará mucho en comenzar a invertirse la actual inercia.

En lo personal, pudimos medio sortear lo que fue un año casi totalmente lleno de calamidades. Fue un año de pesadilla. Pero toda pesadilla tiene un momento donde se termina, y así ha sido. Lo hemos superado, y las cosas se han recompuesto. En el 2013 dimos un paso atrás, para dar dos hacia adelante. He aprendido muchas cosas durante este año. Nuevamente, la vida me ha puesto a gente honesta, digna, que vale la pena enfrente. Encontré amigos que ni siquiera sabía que existían, y me reencontré con mis amigos. Y en realidad, aunque fue un año difícil, los retos que se presentaron y que estuvieron a mi alcance los superé pese a las carencias existentes en el momento. Así, llegamos a un 2014 con las pilas bien puestas, y con la determinación de realizar todo aquello que no fue posible en 2013.

Así, agradezco de todo corazón a aquellas personas que me impulsaron a seguir adelante, cuando había momentos donde quería rajarme. A aquellas personas que no me dejaron, que estuvieron conmigo, que me manifestaron su apoyo (cuando en realidad era lo único que necesitaba), que no se fueron y que decidieron quedarse y jugársela conmigo. Agradezco a mi familia, a Mariana, a Adrián, que estuvieron siempre conmigo en los momentos más difíciles. A Tonatiuh y a mis amigos del Colectivo de Izquierda Hidalguense que siempre, en cada momento y a pesar de las situaciones, han confiado en mí. A mis amigos y compañeros de MORENA Hidalgo, algunos conocedores de la situación y otros no, pero que estuvieron ahí para darme palabras de aliento, y energía para seguirle dentro de las limitaciones del momento. A Andrés Caballero, de quien siempre he tenido su confianza y amistad, así como a Martí Batres. Y a todos aquellos que me han enviado felicitaciones de Navidad y Año Nuevo. Son felicitaciones recíprocas. Las agradezco de todo corazón.

Y agradezco también a mis detractores, pues es (en gran parte) gracias a ellos por los que no me he rendido, los que me generan una gran carcajada cada vez que leo su errada y torcida visión del mundo y de mi persona, y me dejan claro que soy una motivación para ellos para seguir vivos, y darle sentido a su muy mediocre existencia. Así, desde aquellos que descargan sus traumas personales en mi persona, los que llegan a este blog de mala muerte para cuestionarme, los que leen y siguen mis notas en el periódico criticando hasta los errores sintácticos del periodista, hasta los que me mandan insultos y me mientan la madre por inbox, a todos ellos gracias, pues soy su motivación de vida para descargar sus enojos y frustraciones en la vida con mi persona. Un beso a todos ustedes, de todo corazón.

Así, comenzamos el 2014 de forma optimista, pese a lo mal que puede estar el país. Porque vamos a consolidar el proyecto que revertirá este actual estado de descomposición que vive México, y que es MORENA. Porque vamos a seguir luchando (para pesar de muchos) desde nuestra trinchera, y vamos a generar esas condiciones para transformar de fondo este país. Y aunque lo duden y les duela a muchos, MORENA es la esperanza de México.

No nos vamos a rendir. No vamos a claudicar. Vamos a seguir adelante, le pese a quien le pese, hasta lograr revertir esta situación de opresión que actualmente vivimos.

Y aunque resulta difícil desear prosperidad y felicidad en las actuales condiciones, pero deseo de todo corazón que el próximo año sea un mejor año dentro de las limitaciones y situaciones adversas que viviremos en el 2014. Que de verdad, si votaste por el PRI o por el PAN hayas aprendido la lección, y jamás la repitas. Y que si no votaste por ellos, sigas luchando, pues es la única herramienta que tenemos frente a los embusteros y sátrapas que nos gobiernan. Tarde que temprano vamos a ganar. Otro mundo es posible.

Así, te deseo un feliz y próspero Año Nuevo 2014.

La traición

Hola.

Uno de los principios fundamentales que tuvo el Partido de la Revolución Democrática fue precisamente ese: ser democrático. Ésto implicaba poner, en la praxis, esa máxima de Evelyn Beatrice Hall, mal atribuída a Voltaire: Estoy en desacuerdo con tus ideas, pero defiendo tu sagrado derecho a expresarlas. Así, comenzaron a convivir en el partido muchos grupos con posiciones encontradas e, incluso, muchas contradictorias. Sin embargo, todas eran toleradas bajo la unidad de la Izquierda.

El tiempo pasó, y arribistas (muchos arribistas) llegaron al PRD, principalmente desechos del PRI. Así, comenzó a corromperse el ya de por sí difícil ambiente que había en el PRD. Comenzaron a irse perredistas distinguidos y de toda la vida, y en su lugar comenzaron a llegar truhanes (verdaderos bandidos), principalmente traídos y seducidos por Nueva Izquierda. Sin embargo, hubo un sector que siguió siendo congruente a los principios del PRD, vinculado a las luchas sociales y de Izquierda. Unas de esas personas, sin duda, fueron los Batres.

Durante la campaña de Lázaro Cárdenas Batel en Michoacán (2001), tuve la oportunidad de visitar el rancho de los Cárdenas, en Jiquilpan. Llegamos previo a un mitin de campaña de Cárdenas, y conocí personalmente a Doña Amlia Solórzano (viuda del Gral. Lázaro Cárdenas y madre del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas). Estuvimos un rato platicando, y posteriormente salimos al mitin que se realizaría en la plaza principal de Jiquilpan. No recuerdo el número de oradores exacto, pero lo que si recuerdo es que Martí habló antes que Cárdenas Batel. Y recuerdo más, aún, la reacción de Doña Amalia Solórzano cuando lo anunciaron, pues pese a que la traían en silla de ruedas (debido a su edad), se paró de inmediato y comenzó a gritar y echar porras a Martí como no pensé que alguien de su experiencia política lo hiciera. También recuerdo su comentario después de que se volvió a sentar en su silla: “Martí Batres es muy buen chico, y tengo mucha confianza en él”.

Ese recuerdo se me quedó sumamente grabado en la mente, y desde entonces comencé a seguir a Martí. Aunque ha tenido sus altibajos, Martí es un hombre que ha permanecido congruente a sus ideas, algunas de las cuales lo llevó al rompimiento con Dolores Padierna para fundar la corriente Izquierda Social. Así, Batres ha tenido momentos de ostrascismo y brillantéz. Bien en la ALDF, bien como coordinador de la bancada del PRD en la Cámara de Diputados.

Por su parte, Marcelo Ebrard es un hombre que siempre ha estado a la sombra de Manuel Camacho Solís. Pariente de los fundadores de Liverpool, su roce nunca fue humilde, sino siempre rodeado de la aristocracia y burguesía mexicana. En 1992 llega a la Secretaría de Gobierno del entonces regente de la Ciudad de México, Manuel Camacho, y se va del PRi después de que Camacho no es electo candidato, primero, tras la sucesión de Luis Donaldo Colosio y, posteriormente, tras el asesinato del mismo.

En 1997 es electo diputado del Partido Verde, renunciando después a él para convertirse en diputado independiente. Junto a otros personajes del PRD, se une a la Comisión Especial para el FOBAPROA, principalmente motivado por sus ansias de venganza política contra el PRI, impulsada por Camacho. En 1999, funda con Camacho Solís el Partido del Centro Democrático (PCD), y es designado como candidato a Jefe de Gobierno del Distrito Federal por dicho partido. Durante el debate de candidatos a Jefe de Gobierno, Marcelo declina por López Obrador, a partir de lo cual se genera (supongo) un acuerdo para impulsar a Ebrard posteriormente.

Después de que Leonel Godoy renuncia a la Secretaría de Seguridad Pública para irse como Secretario de Gobierno de Lázaro Cárdenas Batel en Michoacán, Ebrard asume dicha secretaría. Es destituído por el entonces Presidente Vicente Fox por los linchamientos en Tláhuac. Sin embargo, es nombrado Secretario de Desarrollo Social por López Obrador a los pocos días.

Previo a su renuncia como Secretario de Desarrollo Social para ser precandidato a Jefe de Gobierno del DF, se le cuestionó a Marcelo su pertenencia al PRD, motivo por el cual será inelegible en la elección interna para definir al candidato del partido. Sin embargo, una jugarreta de Foro Nuevo Sol auspiciada por los órganos internos del Partido, lograron que Ebrard finalmente pudiera competir como precandidato contra Jesús Ortega, candidato de Nueva Izquierda. El resultado fue 40% para Ortega, 60% para Ebrard.

Así, tras la elección del 2 de julio de 2006, Ebrard se convirtió en el sucesor de López Obrador y Alejandro Encinas. Por su parte, Martí llegó al Gobierno del Distrito Federal. Batres fue de los únicos hombres que no era gente de Ebrard, pero que fue invitado a colaborar en su gobierno. De igual forma fueron invitados otros miembros del PRD y ex-funcionarios de la administración de López Obrador, como Arturo Herrera, ex-secretario de finanzas de AMLO posterior a Gustavo Ponce, quien fue invitado a ocupar la cartera de la Secretaría del Trabajo, cargo que rechazó.

Mucho se ha dicho de la política social de Marcelo Ebrard. Lo cierto es que sólo continuó la misma política social que López Obrador cuando fue Jefe de Gobierno. Perfeccionó algunos programas, empeoró otros, y creó pocos, pero gran parte de ello fue gracias a la genialidad de Martí Batres.

También se ha dicho que la política de derechos en la ciudad hacen hombre más de Izquierda a Marcelo que a Andrés Manuel. No puede existir mentira más grande. Ebrard es un hombre de centro, tildado hacia la derecha. Y si revisamos gobiernos de centro en Europa, encontraremos que muchos de éstos gobiernos han impulsado políticas como el matrimonio entre personas del mismo sexo, la despenalización del aborto, la eutanasia e, incluso, la legalización de la marihuana.

Sin embargo, al igual que en éstos gobiernos de centro se ha impulsado políticas liberales, en lo económico han impulsado medidas neoliberales, como también es el caso de Marcelo Ebrard. He hablado mucho al respecto sobre cómo Marcelo Ebrard ha ido privatizando servicios y espacios que antes eran comuncales o de servicio público (¡Vamos!, 25 de junio de 2010; El neoliberalismo de Marcelo Ebrard, 24 de febrero de 2011), así como de las simpatías que ha ganado con muchos empresarios por éste tipo de políticas, incluyendo las dos grandes televisoras de México: Televisa y TV Azteca (Fidel con AMLO, Televisa con Marcelo, 21 de agosto de 2010).

Así mismo, pese a que Ebrard desconoció incialmente el gobierno espurio de Felipe Calderón, lo cierto es que posterior a 2008 comenzó a reunirse con él en secreto en por lo menos 3 ocasiones hasta 2009. Precisamente después de 2009, ya pasada la elección intermedia y habiendo obtenido la mayoría en la ALDF, Marcelo comenzó a cambiar sobre todo su política económica y política, generando un alto contraste con la forma en cómo la Izquierda había gobernado hasta el periodo de Alejandro Encinas, y asemejando cada vez más la forma terrible y nefasta de gobernar del PRI, que dicho sea de paso, saqueó la Ciudad a más no poder. También, durante éste periodo, comenzó a impulsar a su delfín político para sucederlo: Mario Delgado, hombre del mismo grupo político.

Comenzó entonces el acercamiento más descarado con el cada vez menos espurio Felipe Calderón, con el PRI, y con Elba Esther Gordillo, llegando en ocasiones a acuerdos con ellos. Así, mientras por una parte pactaba con AMLO el método de selección del candidato por medio de una encuesta, por otra parte iba creando y afianzando nexos con aquellos que precisamente 4 o 5 años antes eran los enemigos acérrimos del Jefe de Gobierno. Comenzó a impulsar la política de alianzas del PAN con el PRD (donde Camacho tuvo qué ver en más de una), llegó a un acuerdo con sus antes archienemigos, los chuchos, e incluso llegó a ser bien visto por Calderón para ser candidato de una eventual y actualmente fallida alianza con el PAN para la Presidencia de la República. Éstos acercamientos culminaron el pasado 1º de septiembre de 2011, cuando Marcelo Ebrard fue al Informe de Gobierno, saludó y aplaudió a Felipe Calderón, dando por ende su reconocimiento final como presidente, so pretexto de la asistencia como Presidente de la CONAGO.

Al día siguiente, Martí Batres le pidió congruencia al Jefe de Gobierno, al recordarle que violaba los resolutivos del Congreso del partido al que está afiliado Marcelo, el PRD, que no reconoce a Calderón como presidente. Marcelo simplemente respondió que si no estaba conforme con el gobierno en el que trabajaba como secretario renunciara y, al no hacerlo, lo despidió injustificadamente bajo una base legaloide basada en la Constitución y el Estatuto de Gobierno del DF, al viejo estilo del PRI, donde todos se alinean bajo lo que dicte y mande el soberano y, el que ose desafiarlo, es decapitado. De ésta forma, Ebrard saca al descubierto al salinista que había guardado en el closet, se rompe la máxima de la tolerancia en el Partido por encima de todo y, por otra parte, se consuma la traición de Ebrard al movimiento que lo hizo Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

Así, el despido de Martí como Secretario de Desarrollo Social no es sino sólo una cadena de sucesos donde Ebrard, por una parte, ha ido acercándose a aquella mafia que, contradictoriamente, se quiere combatir y, por otra parte, busca desaparecer del plano político a uno de los hombres fuertes para ser candidato a Jefe de Gobierno del Distrito Federal, que desplazaría a su delfín, Mario Delgado, y que sin duda acabaría con el reinado del grupo Camacho en la Jefatura de Gobierno para hacer un gobierno nuevamente de Izquierda, de y para la gente.

El desenlace de ésta historia todavía es un poco lejano (cosa de algunos meses), pero sin quererlo, Ebrard ha catapultado la candidatura de Batres al Gobierno del DF y, por otra parte, Ebrard ha mermado sus fuerzas al interior de la Izquierda en su búsqueda (a costa de lo que sea) de la candidatura presidencial. También habrá que apreciar la reacción de López Obrador a ésto que podría significar una ruptura definitiva entre ambos hombres y, por ende, la división de la Izquierda rumbo al 2012.

Saludos. Dejen comentarios.

Andrés Manuel y sus errores

Hola.

El título de ésta entrada no es más que una parodia del título de los libros escritos por José Agustín Ortiz Pinchetti y Martí Batres, que se llaman (en ambos casos) Andrés Manuel y sus claves.

Ya en otras ocasiones he mencionado el hecho de que Andrés Manuel, durante su carrera política, ha cometido muchos y muy diversos errores que nos han costado mucho a mucha gente, y su último error nos puede costar mucho a los hidalguenses.

Yo he seguido siempre a López Obrador (mucho antes del mal llamado obradorismo). Lo sigo desde los tiempos del Éxodo por la Democracia (donde caminó desde Tabasco hasta la Ciudad de México, debido a un fraude electoral en su contra), desde la toma de los pozos petroleros (que le causó una descalabrada monumental) y desde la Presidencia del Partido, mi partido, el PRD.

Pues bien, en éste lugar fue donde por primera vez López Obrador se equivocó por primera vez. Tras la fraudulenta elección del 21 de marzo de 1999, donde Amalia García y Jesús Ortega se hicieron fraude mutuamente (e incluso, en la prensa se dijeron mutuamente ‘Rata’), el papel de López Obrador era quedarse en la Presidencia del Partido, repetir la elección, limpiar la imágen del PRD y apechugar su tibieza en la elección fraudulenta. Sin embargo, se fue por el camino fácil: terminó su periodo, y se fue valiéndole cacahuate lo que pasara con el Partido. Pablo Gómez quedó como interino, y el partido quedó manchado para siempre. Ésto, además (y junto con el asesinato de Paco Stanley) nos causó la pérdida de la Presidencia de la República en el 2000.

Después, López Obrador se fue a la Jefatura de Gobierno. Ahí, en general, hizo uno de los mejores gobiernos en la Ciudad de México. Sin embargo, tuvo el desacierto de pelearse con Rosario Robles, quien en medio de sus aspiraciones presidenciales intentó desacreditar a López Obrador por medio de los videoescándalos, operados por su pareja sentimental, Carlos Ahumada Kurtz. Así mismo, las aspiraciones presidenciales de otra mujer, Martha Sahagún, involucrado con el pleito casado con Vicente Fox, trajo consigo el desafuero en su contra.

Después, en la campaña presidencial de 2006, la soberbia hizo que AMLO descuidara una parte fundamental en cualquier elección, que es la estructura electoral. Con el 70% reconocido de las casillas cubiertas (los cálculos extraoficiales reales apuntan únicamente a un 55% de las casillas cubiertas), dejó un márgen suficientemente grande como para que por ahí le hicieran el fraude electoral. Ni hablemos de la gente en la que confió. Ya sabemos los resultados, de lo cual parte seguimos arrastrando hasta hoy.

Luego, en 2009, el caso Juanito. ¡Cómo nos costó ese pinche Juanito! Y aunque no había otra opción, pero nos salió demasiado caro el chistesito.

Ahora, López Obrador apuntala contra las alianzas. Al único que le benefician esas alianzas es al propio Andrés Manuel. Ni más ni menos. Porque debilitan a Peña Nieto, y permite la transición en estados caciquiles como Oaxaca o Hidalgo. Sin embargo, AMLO no sólo ha satanizado las alianzas, sino que ahora intercedió para que el PT las rompiera.

Y el problema no es otro, sino que a la hora de los chingadazos uno es el que tiene que andar componiendo las cosas. Y el problema es que en Hidalgo nos está metiendo en serios aprietos, pues (sin quererlo, eso hay que reconocerlo) le está ayudando al PRI-Gobierno para dividir a la oposición, y darle oxígeno a una candidatura tan mala como la de Paco Olvera. Y lo peor es que si gana el PRI, los platos rotos no los pagará él, sino los hidalguenses, que somos quienes nos quedamos a vivir aquí. Y nuevamente, muchos tendremos que pagar los errores de uno sólo.

Yo se lo dije el miércoles pasado, a alguien sumamente cercano a él (e incluso, ya lo había publicado antes aquí): A la pregunta de qué esperábamos de López Obrador, yo le dije que lo sensacional y lo que esperábamos era que AMLO fuera a un acto de campaña de Xóchitl Gálvez. Pero como sabíamos también que no lo va a hacer, pues lo mejor es que se calle.

Aún hay otro problema. El PT (y posiblemente Convergencia) postulen a Francisco Xavier como su candidato. El hecho es que, desde el punto de vista de mucha gente del movimiento de López Obrador, ajena al Estado, y que desconoce cómo son las cosas realmente en el Estado, promocionarán ésta candidatura y dirán que “es la salida digna de alguien congruente como López Obrador”. Nada más falso que eso. Ni es candidatura, porque solamente será un esquirol del PRI para restar votos a una opción verdadera de cambio (que es Xóchitl Gálvez), ni es digna (pues representará muchos de los intereses más oscuros del Estado), ni tampoco será congruente, pues nadie, más que el PRI (repito) se beneficiará fracturando la Coalición ‘Hidalgo nos une’.

El movimiento de López Obrador piensa que por hecho de ser crítico con el propio AMLO, de pensar diferente, de no coincidir en ciertas cosas, o de no acatar otras “que por el dedo de Dios se escribieron”, piensan que ya, eres traidor, vendido o panista, y de ahí no te bajan. Y no. La verdad es que aunque uno lo critica y le señala sus errores, pero uno ni lo deja de reconocer como Presidente Legítimo, ni tampoco deja uno de observar que es la única solución para el país. No hay más. O es Peña, o es Obrador. Y en ése sentido, es mucho mejor (con errores y defectos) López Obrador a Peña Nieto.

Sin embargo, en Hidalgo solamente tenemos una de dos: O Paco Olvera, que representa más de lo mismo (tras 80 años de lo mismo), o Xóchitl Gálvez, que representa una esperanza y una alternativa para el Estado.

López Obrador conoce la situación del Estado, pues visitó los 84 municipios. En realidad, lo único que le pedimos los Hidalguenses, que además somos los que le damos cuerpo a su movimiento en el Estado, es que ya no diga más. Que deje las cosas como están. Si él no quiere, que no se sume, pero que tampoco reste, porque eso sólo beneficia al PRI-Gobierno y a los mercenarios del Partido, alias José Guadarrama y Francisco Xavier.

Pues bien, sigamos adelante. Saludos y dejen comentarios.